PER QUÈ SE LI HA CONCEDIT
«Per un talent excepcional i una projecció internacional important. Ferrández és una referència de l’violoncel. Destaca per la seva intel·ligència i sensibilitat a l’servei de la música, la seva capacitat extraordinària de commoure i de crear universos sonors a partir de les lectures noves de l’repertori universal».
HISTÒRIA
Desde que tiene memoria, Pablo se recuerda con un chelo en las manos y, según dice, fue todo tan natural que no podría plantearse otra cosa. Ayudado por sus padres, salió con ventaja. Pero él, además de precoz, es único, porque el talento de este joven violonchelista supera al de otros hijos de músicos con el mismo impulso. La historia que lo demuestra y es ejemplar es la del violonchelo Stradivarius que él lleva y toca de prestado.
En 2014, el Comité de Préstamos Instrumento de la Nippon Music Foundation, compuesto por eminentes músicos y musicólogos y presidido por el famoso director de orquesta Lorin Maazel, eligió a Pablo Ferrández para recibir, en préstamo, una de las joyas creadas por Stradivarius que aún perduran, que pertenecen a la Fundación y que esta presta a eminentes músicos: el violonchelo llamado «Lord Aylesford», datado en 1696. Es el primer violonchelista español en conseguirlo.
Pablo dice estar enamorado del chelo de Stradivarius, pero reconoce que ha tenido que adaptarse a él para aprender cómo tocarlo porque tiene mucha personalidad. «Es conocernos, es una relación».
Con el Stradivarius ha tocado en lugares como Ámsterdam, Tokio, París (Auditorium du Louvre), Florencia (Maggio Musicale Fiorentino), Madrid (Auditorio Nacional) y Buenos Aires (Teatro Colón), con orquestas como la Filarmónica de San Petersburgo, la Filarmónica de Buenos Aires, la Sinfónica de Galicia o la Württembergisches Kammerorchester Heilbronn, y con directores como Yuri Temirkanov o Ryan McAdams.